sábado, 17 de diciembre de 2016

SIMPLE Y ELEMENTAL

Mateo 18 narra la historia de unos discípulos sedientos por saber quién tendrá la posición más alta en el reino de los cielos. Su sed es confrontada con la enseñanza de su Maestro, quien responde: "Cualquiera que se hace simple y elemental de nuevo, como este niño, será el mayor en el reino de los cielos"

Nada se aparta más de la definición de una vida adulta que las palabras "simple" o "elemental". De hecho últimamente he tenido una infinidad de diálogos internos, tan complejos y extenuantes emocional y físicamente que agotarían al más fuerte de los atletas. Pensamientos, suposiciones y reconstrucciones mentales de ideas repitiéndose en mi cabeza sobre las cosas que pude haber hecho y no hice o sobre situaciones sin resolver que demandan una solución urgente.

Al igual que los discípulos, me he preocupado por títulos de importancia, la aceptación de otros hacía mí y la aprobación de los ojos que me miran. He llegado a tener miedo de compartir este blog o cualquier otro tipo de opinión en redes sociales por el solo hecho de pensar que alguien me condenara con su rechazo, o peor aun con su silencio.

Complejo. Confuso. Difícil. Complicado. Enredado. Perturbante. Engorroso. Nunca simple. Nunca sencillo.

En medio del cansancio de esta vida adulta y de un año, que pareció más una década de experiencias, Mateo 18 llega como oasis en medio del desierto.

Pero... ¿qué significa ser simple y elemental? 

Pensemos por un momento en todos los hechos que un niño -en un contexto normal- puede llegar a desconocer: el dolor, la ira, la soledad, la venganza, la maldad, la competencia, la necesidad de ser aprobado por otros, el actuar por conveniencia, el tener que mostrarse con máscaras para no ser repudiado por sus iguales... Todos, mundos adultos inexistentes en el universo infantil.

Imaginen tener una mirada indiferente a la maldad, que elimina todo filtro de dolor que tergiversa y corrompe la realidad y permite acercarse a Dios como lo hace un niño con su papá, aun a pesar de sus fallas. Imaginen vivir esta vida simple y elemental que nos dé acceso directo a la eternidad del reino de los cielos -que como ya lo he dicho en entradas anteriores- no se trata de un momento o un lugar, sino de la misma persona de Jesús.

Si tan solo pudiéramos obviar esos pensamientos de derrota acerca de nosotros mismos, esa necesidad absurda de ser calificados por otros y las mentiras acerca de Dios; si tan solo pudiéramos callar esa voz de la astucia que nos dice lo que debemos hacer para encajar en un mundo que se cae a pedazos y sanáramos la angustia en nuestros corazones y con ella el laberinto que nos roba la paz, estoy seguro que encontraríamos nuestra recompensa eterna aquí y ahora.

Esta es una invitación a que vivamos como niños, sin contar los días que quedaron atrás, mirando hacia adelante sabiendo que todo nuestro tormento quedó en una cruz.
Vivamos simples y elementales, después de todo ¿qué podremos llevarnos después de dar nuestro último respiro?.

[Escribiendo acerca de niños, invito a cada lector a tomar un par de segundos para orar por los niños de nuestro país, quienes siguen siendo blanco fácil de abusadores, asesinos y del silencio sepulcral que los mata de hambre en la Guajira. También por los niños que son víctimas del conflicto en Siria y en el mundo. Aquí dejo un link para quienes quieren y pueden convertir sus oraciones en acciones: https://www.worldvision.co/]

sábado, 3 de diciembre de 2016

ETERNAMENTE MILLENNIAL

Mi novia está leyendo un libro titulado "Los generales de Dios" donde se relatan biografías de grandes hombres y mujeres de antaño; quienes a lo largo de la historia vieron la obra sobrenatural del Espíritu Santo: avivamientos, sanidades, resurrecciones, personas arrepentidas corriendo a confesar su pecado delante de Dios para ser bautizadas, alimentos siendo multiplicados...

No puedo decir que no haya visto a Dios obrar de manera sobrenatural, puesto que en mi vida cristiana he experimentado milagros y eventos que no puedo explicar con la razón. Pero si debo decir que no he visto manifestaciones como las de los relatos impresos en ese libro. He sido testigo de piernas crecer y dolores de espalda cesar, milagros de la era "Millennial", pero nunca muertos resucitar o nubes de fuego posarse sobre un templo, como le pasó a estos "Maturist" (personas nacidas antes del 1945).

No creo que tenga que ver con que Dios ya no "quiera" o no "pueda" hacer milagros, porque ÉL ES y nunca deja de ser, su poder no cambia y su amor y misericordia hacia nosotros son eternos, por ende estoy seguro que su deseo es manifestarse exuberantemente sobre nosotros.

¿Entonces a qué se podría atribuir el hecho de no poder ver este tipo de milagros en este tiempo?. Tengo una idea que no ha abandonado mi cabeza y la cual quiero compartir con ustedes.

Los "Millennials" y la "GenZ" somos las personas nacidas después de 1981, era que coincide con el gran despertar y la popularización de la televisión, el cine y sobre todo la internet. Ambas generaciones hemos crecido saturados de comerciales, música que apela a todos nuestros sentidos, publicidad llamativa, tiendas de ropa con olores particularmente agradables y encantadores, sin mencionar las redes sociales que nos permiten estar conectados con el mundo entero a la distancia de un click.

"Millennials" y "GenZ" por igual estamos supeditados a nuestros sentidos (olfato, gusto, tacto, vista y oído) y a lo que es netamente sensorial, no siendo esto nuestra culpa. Hemos crecido creyendo que todo se trata de nosotros y con la premisa de que "nacimos para hacer aquello que nos gusta", olvidando que estamos en esta tierra con un propósito y para conquistar aquel destino para el que fuimos creados -que no siempre va a ser de nuestro total agrado, porque cumplir el plan de Dios... no cuesta mucho, lo cuesta TODO.

Somos ególatras e hipersensibles en lo que a relaciones respecta. No nos gusta ser confrontados y mucho menos ofendidos por aquellos a quienes consideramos amigos. Perder un amigo u otro parece no ser importante, ya que encontraremos uno nuevo mañana en alguna solicitud de Facebook.

Estamos resueltos a comer en lugares hermosos a la vista y al resto de nuestros sentidos, de otro modo no podríamos compartir en redes sociales los manjares con los que nos estamos deleitando. 

-¿Panadería de esquina?
- Jamás

¿Por qué? Porque puede ser bueno para el gusto, pero no para nuestro estatus social/virtual.

A lo que voy con todo esto es que podemos estar demasiado concentrados en lo que nuestros ojos ven y lo que nuestras manos sienten, olvidando así lo eterno y realmente valioso.

La Biblia ha hablado a "Millennials" durante siglos enteros, por favor tómense el tiempo de leer con detenimiento:


Colosenses 3:2Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Si alguno en este momento ha pedido un poco más de Dios y su revelación sobrenatural, como yo lo hago en este momento, el "gran secreto" no es grande y tampoco es secreto, son solo catorce sencillas palabras, pero poderosas y con un profundo sentido de eternidad: no pongan su vista en lo material y pasajero, pónganla en lo que es eterno e incorruptible.

Todos estos "Maturist"-Generales de Dios vivieron al igual que nosotros tiempos en donde el mundo brindaba distracción y placeres momentáneos, pero ellos colocaron sus esfuerzos y toda su atención en las cosas de arriba, viniendo de allí su recompensa y el poder que no se compara con ningún otro.

No creo que ser "Millennial" sea algún tipo de maldición o una desventaja, al contrario, considero que nacimos en un momento en el cual Dios se quiere revelar y es nuestra responsabilidad ir tras de Él como personas que viven en este mundo, pero no pertenecen a él porque tienen sus ojos y su corazón clavados en el cielo.

No creo que la respuesta esté en hacer un "sacrificio masivo" de cuentas de Instagram y encerrarnos en un monasterio para nunca más salir de allí. La respuesta es evidente a los ojos: Es tiempo de cerrar nuestros sentidos por un momento y darnos cuenta que hay algo más allá de lo que podemos percibir y palpar: la eternidad, que no es un momento en el tiempo, sino que es un persona y su nombre es Jesús.

¿Queremos ver milagros?
¿Queremos ver el poder sobrenatural de Dios en acción?
¿Queremos ver muertos resucitar?
¿Queremos ser conocidos como Generales de Dios?

Eternamente Millennials...