lunes, 25 de julio de 2016

¡SAPO, LAMBÓN!

Aun recuerdo con claridad un viernes de mi último año de primaria, tendría cerca de 10 años y Carolina Villate, quien desde transición había sido mi amor infantil no correspondido, había comenzado a hablarme y a pedirme favores que incluían hacer algún tipo de flexión de mi cuerpo. El esfuerzo físico y los favores parecían pagar los momentos con ella. De hecho había empezado a creer que algo especial había nacido entre nosotros -al mejor estilo de "Carrusel de las américas" o de algún melodrama de amor infantil argentino-  ya que después de cada tarea cumplida había muchas risas no solo de ella sino de sus amigas... ¡lo estaba logrando, la estaba conquistando!.

Después de un par de minutos las risas se volvieron carcajadas y por fin me di cuenta que los favores solo tenían una intención: hacer que me agachara para que de mi "bumper" trasero apareciera lo que los colombianos coloquialmente conocemos como "la alcancía" o lo que técnicamente se denominaría como la unión de mis glúteos infantiles.

Dicen que el cerebro es como una esponja y que aprende patrones de comportamiento de maneras asombrosamente rápidas y gracias a Carolina Villate mi cerebro aprendió a no confiar en las palabras que parecían ser tiernas o cariñosas, porque debían de ser falsas y guardaban una intención macabra por dentro.

Esta lección no es muy buena en un contexto como el de Australia, porque en su léxico es imperativo afirmar todo lo bueno de cada cosa y exagerar las cualidades de todo y de todos.

Pasando por "awesome", "cool", "amazing", "champ", "fabulous", "epic", "legend", "beautiful", "unbelievable, "fantastic", "terrific", "marvellous" y terminando en "wonderful", los adjetivos elogioso parecen ser interminables.

Con ese conflicto sembrado por Carolina Villate (que ojalá esté leyendo este blog y me pague las horas de terapia infantil que tuve que pasar para superar el trauma que me dejó), obviamente sentía que todas las personas al decirme algo bueno se estaban burlando de mí.

Después de cantar algo: "Champion"
Después de limpiar la casa. "Epic"
Después de conocer a alguien por primera vez: "Legend"
Después de cocinar para algún invitado: "Fabulous"

Finalmente me dejé llevar por la corriente y poco a poco empecé a entender que parte de la cultura del país es animar a las personas a través de las palabras ¡Qué arma más poderosa!

Efectivamente el pais es increíble, épico, fabuloso y lleno de gente espectacular. Me pregunto qué relación podrá existir entre el hecho de que las personas declaren con su boca todo lo bueno y agiganten de manera desproporcionada las cualidades del individuo, con los resultados de una nación como esta.

En la cultura latinoamericana hablar bien de otros o decir lo bueno es algo mal visto y en Colombia tiene un nombre bastante despectivo: "Sapo" o "lambón". Nombre que por si acaso yo mismo he usado en muchas ocasiones y sé que más de un lector ruborizado también.


Pues bien, parece que todos estos "sapos" australianos han hecho un gran trabajo y no son solo generosos con sus engordadas billeteras, sino que también han decidido ser generosos con sus palabras.


La Biblia habla del poder que tiene la palabra en cientos de pasajes, pero quiero compartir tres que explotaron mi mente:


Proverbios 18:21:La muerte y la vida están en poder de la lengua,Y el que la ama comerá de sus frutos.
Juan 1:1-3:En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 
Génesis 1:26:Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza...

Si no la agarró, la barajo un poco más despacio: Fuimos hechos a imagen de Dios y él creó todo por medio de la palabra, que es Jesús, como fuimos hechos a la imagen de Jesús, quien es Dios, quiere decir que en nosotros está el poder de crear o destruir con solo una palabra.

No se trata de un programa barato de "Televentas" o de un curso gratis de neurolingüistica, sino de un misterio incomprensible contenido en nuestro interior, otorgado por el mismo Dios que creó el cielo y el universo y nos dice que si tuviéramos fe como un grano de mostaza y le DIJÉRAMOS a una montaña que se moviera, ella lo haría.

¿La gran pregunta es qué palabras está declarando con su boca hoy? ¿Reflejan las metas y los logros que tiene para usted y para las personas a su alrededor? ¿Serían las palabras que Jesús pronunciaría en el principio de los tiempos para crear algo?

Uno de los retos al volver a Colombia será definitivamente guardar esta verdad en mi corazón y hacer que dé fruto abundante.

No me importan si me llaman "sapo", "lambón" o "chupamedias" pero a diferencia de Carolina Villate, yo voy a hacer la diferencia con cada palabra que salga de mi boca.



¿Queda alguna palabra por decir?...

miércoles, 13 de julio de 2016

HTTP 404 ERROR

Esta es mi cuarta entrada. Y la hago por la promesa de escribir semanalmente y por la disciplina mental que esto significa. Para algunos la disciplina es un tema fácil, pero para mí  ha sido una pelea de largo aliento, quizás por nacer de 8 meses o por temperamento, carácter, genética, herencia, cultura... o cualquiera sea la razón.

Además debo reconocer que escribir es más duro de lo que uno piensa. Todos los temores e inseguridades quedan al descubierto y es imposible dejar de imaginar lo que puede pensar un @Benditoavila sobre cada línea escrita (si es que se cumpliera la dicha de ser leído por tremendo personaje de las letras).


No sé si existe algún tipo de "jetlag tardío", pero esta semana me he sentido particularmente cansado al punto que hasta hablar inglés es difícil por el esfuerzo mental que significa. Quizás sea agotamiento post-conferencia de Hillsong, que a decir verdad, estuvo increíble. Como lo escribí en una publicación de instagram, nunca pensé poder ir a una conferencia de estas al otro lado del mundo, y como Dios es especialista en mostrar su amor de manera exuberante, este año celebro mi segunda conferencia, esperando no sea la última.


Como el cansancio mental y físico está pegándome durísimo y como bien lo dijo Pedro: "De lo que tengo, te doy". Quisiera poder escribir algunas ideas generales sobre lo que aprendí durante la "Hillsong Conference 2016", para todos aquellos que queriendo venir no pudieron, o pudiendo venir no quisieron - pero de igual forma leen este blog, "del mismo modo y en el sentido contrario".


Lo primero que debo hacer es agradecer a mi familia, novia y mejor amigo por pagar mi entrada, segundo a mi Pastor y al equipo que me ayudó a gestionar una entrada de "Guest" para sentarme en una zona especial de la conferencia y tercero a la tremenda organización de Hillsong por hacer posible el hecho de tener todos estos titanes de la fe juntos, compartiendo de sus experiencias y todo lo que Dios les ha hablado, como si no existiera un mañana.


Los predicadores principales de este año fueron Brian y Bobbie Houston, Steven Furtick, Erwin McManus, Christine Caine, Casey Treat y Carl Lentz. Todos nombres reconocidos y exitosos en el showbiz cristiano... todos humanos de carne y hueso como cualquier colombiano promedio.


Me atreví a mencionar el lugar especial que tuve que ocupar en la conferencia porque a lo largo de los días allí, y después de estar sentado con todos estos súper predicadores y otros famosos cristianos, pude ver que no son más que personas que sirven a Dios y que lo especial en ellos es Su gracia, porque después de bajarse de la tarima siguen sudando a causa los nervios, tomando agua para tranquilizarse y evacuando como cualquier parroquiano (doy testimonio de ello, porque compartí baño con uno de estos mega-predicadores y no, no salen flores de su interior). También sienten miedo, nervios, celos, rabia, desprecio,  amor, simpatía, compasión, afinidad hacia un tipo de personas y así hasta terminar la lista de sentimientos y emociones humanas.


Todos, y no exagero al escribirlo, ¡TODOS! coincidieron en un mensaje y fue: "Si Dios pudo usarme a mí, también puede usarte a ti". Y es aquí donde entro a tomar prestado el mensaje que para mí resume toda la conferencia: Dios no solo es el Dios de mi fortaleza, sino el Dios de mi debilidad.


Steven Furtick (Que no se note que ya aprendí a cómo poner links a los textos del blog), es el Pastor principal de Elevation Church, en Charlotte, North Carolina. Un tipo aun en sus 30's, que se nota pasa horas en el gimnasio y semanas enteras escudriñando en los detalles Bíblicos que todos pasaríamos por alto. Es - desde mi punto de vista - uno de los mejores predicadores y maestros de la palabra que tenemos en esta generación.


En su mensaje "The glitch that keeps on giving" o "El constante problema técnico al dar" (El error 404), hizo un paralelo entre Apolo y Pablo, y relató la historia en II de corintios cuando Pablo se ve obligado a defender su ministerio de los súper apóstoles. Moisés había asesinado, José era un niño consentido, María Magdalena había tenido un pasado del que nadie se sentiría orgulloso, Mateo había sido un cobrador de impuestos (ladrón y traidor de su patria), pero Pablo era opuesto a todo esto, Pablo era un hombre recto e intachable, ¿por qué debía defenderse?.


Los súper apóstoles señalaban a Pablo como un hombre no espiritual, sin autoridad dada por Dios, de presencia débil, tosco al hablar, que no cumple su palabra y muchas más cosas que desfiguraban a Pablo, no solo ante la iglesia en Corinto, sino ante él mismo.


Sumado a esto, se le comparó con Apolo, un predicador elocuente, carismático, brillante comunicando ideas de manera audible, pero Pablo... Pablo era un hombre tajante, directo, sin pelos en la lengua, quizás mucho menos carismático que Apolo, pero con un don sin igual: La escritura.


Después de recibir críticas de este calibre y casi ser pasado por un episodio de "La Pulla" del Espectador, lo más lógico para Pablo sería abandonar su carrera como apóstol y sentarse a llorar en un rincón. Pero aquí es donde la historia toma un giro que solo Dios podría darle: DIOS NO SOLO ES DIOS DE NUESTRO DON (Gift), SINO DE NUESTRO ERROR (Glitch).


Si Pablo fuera tan elocuente como Apolo, no sería el gran escritor que fue y no habría recibido la revelación de la mayor parte del nuevo testamento, sobre el cual basamos nuestra doctrina cristiana. Si Pablo fuera un hombre emocional como lo fue Pedro, seguramente no habría podido ser el pionero de tantas iglesias a lo largo del mundo, convirtiéndose en el hombre que llevó el evangelio a Asia y Europa.


No tendríamos en los matrimonios una porción como 1 Corintios 13, donde se nos habla sobre la grandeza y el verdadero significado del amor. No podríamos declarar Filipenses 4:19 "...mi Dios pues suplirá todo lo que nos falta, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús". No tendríamos un Romanos 8, donde habla de la vida del Espíritu y como hemos sido libres de nuestra naturaleza pecaminosa y hemos sido liberados del yugo de la condenación.


Evidentemente Pablo no es Apolo, ¡Gloria a Dios por ello!. Evidentemente no soy Steven Furtick, ¡Gloria a Dios por ello!. Evidentemente no eres esa persona que envidias y sueñas ser, ¡Gloria a Dios por ello!, porque Dios no es solo el Dios de tu perfección o del arte que dominas, sino de todo aquello que no puedes hacer y no sabes cómo desarrollar.

Hay infinita belleza en la singularidad y eterna gracia en nuestra debilidad.

Dios no se hace fuerte en lo que dominas, se hace fuerte en lo que eres débil.


Si Dios pudo usar a todas estas personas durante la conferencia, entre los cuales se puede encontrar: un ex-drogadicto, una mujer abandonada después de nacer, adoptada y abusada, un hombre que fracasó múltiples veces en su intento de ser artista, un par de jovencitos que al abrir un iglesia en vez de crecer decreció por semanas y usa a un don nadie de Colombia, ¿por qué no lo haría contigo?.




lunes, 4 de julio de 2016

TIEMPO

Durante este viaje en particular, acomodarme a mi nuevo horario ha sido difícil. 

Hace un año me fue muy fácil, tanto que me sentía el Bear Grylls colombiano, porque después de un viaje de casi 30 horas y 15 horas de diferencia estaba fuerte y lúcido, el viento del invierno era apenas una débil “brisucha” para mí, casi no me daba hambre y ¿qué decir del idioma?: pan comido para este macho alfa.

Esta vez no conté con la misma suerte. Durante dos semanas consecutivas mi cuerpo me rogaba ir a dormir a las 3 de la tarde y me despertaba a las 3 de la mañana sin un ápice de sueño. Pero como la tarea de este viaje ha sido ver lo bueno en toda situación, la madrugada australiana es una hora perfecta para llamar a Colombia y saber lo que ocurre en la casa, la iglesia, con mi relación a distancia (que entre otras cosas para los curiosos, ha funcionado muy bien gracias a los genios Steve Jobs, Jan Koum y Brian Acton, creadores de “FaceTime" y “WhatsApp” respectivamente).

En uno de esos ires y venires de saludos y mensajes instantáneos con amigos, colegas y familiares en Colombia, una persona empezó a contarme acerca de una grabación que se llevó a cabo en mi iglesia esta semana con los titanes Thalles Roberto y Danilo Montero. Otra persona me escribió sobre de un proyecto que viene marchando a fuego lento por años y por fin será lanzado en solo semanas… y así empezaron a llover proyectiles de información, que sé, venían con la mejor de las intenciones, pero sembraron una semilla de miedo en mi mente sobre lo que me podría estar perdiendo en Colombia y de lo que estaría siendo excluido.

Por otra parte, como buen administrador de empresas, organizado y absolutamente intenso con la planeación de fechas, empecé a hacer un conteo de los días de viaje que me quedaban. Con la matemática básica que la operación requiere, me di cuenta que ya había consumido, para bien o para mal, el 33,33333333% de mi licencia y que los días cada vez corrían más rápido. Aun me cuesta creer que ya hayan pasado un mes y una semana y que en menos de lo que canta un gallo ya estaré en el 50% de mi viaje y que en un abrir y cerrar de ojos estaré de vuelta en Bogotá.

Todo esto, para introducirlos en la última de las lecciones del viaje (las cuales prometí compartir con ustedes a lo largo de lo que dure este blog): mi ansiedad por el tiempo. 

De repente dejé de disfrutar el presente, lamentándome por los días agotados, lo hecho, lo pospuesto, lo dilapidado y sobre todo por lo desconocido que aun me aguarda en Colombia. Y es que dejar la vida en piloto automático durante tres meses aterra hasta el más valiente. Y aunque a diferencia de los temas de mis entradas anteriores, este sigue siendo una preocupación constante, he decidido compartirlo porque es lo único que tengo en mi mente y lo único que sale de la punta de mis dedos para este blog.

La paradoja en la que todos vivimos es que NO sabemos vivir el presente, porque sentimos que le pertenecemos al pasado, mientras nos proyectamos constantemente hacia el futuro. En resumen nos rehusamos a vivir con lo único que tenemos que es el hoy y el ahora.

Se siente uno en un limbo de tiempo y espacio, extraño e incómodo.

Doy gracias a Dios por la Biblia y por su bondad para hablar a través de ella y hacerla vigente para mi necesidad y desierto de dudas. Siempre precisa y puntual:

Mateo 6:27-31

¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida?
 »¿Y por qué preocuparse por la ropa? Miren cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni cosen su ropa; sin embargo, ni Salomón con toda su gloria se vistió tan hermoso como ellos. Si Dios cuida de manera tan maravillosa a las flores silvestres que hoy están y mañana se echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes. ¿Por qué tienen tan poca fe?
»Así que no se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?”.

En efecto no hay nada que pueda yo hacer o alcanzar por la tortuosa e infértil vía de la preocupación.
Lo único que se gana alimentando el lobo hambriento de la ansiedad es un corazón dubitativo y una mente melancólica y desenfocada.

Volviendo a la Biblia y a mi lectura devocional de los últimos días, resalto algunas frases que brillaron como pequeños tesoros en el libro de Daniel:

1:2: El SEÑOR le permitió…
1:9: Dios permitió que…
1:17: Dios concedió… 

Los verbos PERMITIR y CONCEDER hablan del poder de Dios y de cómo por medio de su mano todo fue hecho al unísono para que su voluntad fuera hecha en la tierra como es en el cielo y su propósito se realizara en Daniel y sus amigos, sin importar lo que habían dejado atrás en Israel o lo que les deparara la vida a mano de cuatro emperadores sádicos y sanguinarios.

Si Dios PERMITIÓ y CONCEDIÓ a favor de Daniel, ¿por qué no habría de hacerlo conmigo?
No sabiendo con lo que me encuentre al regresar, los cambios que haya en cada una de las esferas donde me desenvuelvo y el estado de lo que dejé en “stand-by” por esta temporada, sé que Dios está en control y debo recordárselo a mi mente día y noche para poder disfrutar el hoy, que como ya dije, es lo único que tengo.

Cierro con lo que le grito a los leones hambrientos del foso de la incertidumbre y ansiedad cuando se me acercan: Soy hijo de un Padre bueno que PERMITE y CONCEDE conforme a sus buenos planes para mí y NADA, NI NADIE podrá impedir el plan de Dios para mi vida, ni siquiera tres meses de “descanso”.

Por último, los dejo con esta frase poco cristiana, pero definitivamente poderosa (sacada de una película para niños de 6 años, no queriendo herir susceptibilidades o egos intelectualoides): 

“El pasado es historia, el futuro un misterio pero el hoy es un regalo, por eso se llama presente”.


Agradezco cada uno de los segundos que se han tomado para leer este blog y dejar sus comentarios. Cada uno me bendice y me anima a la distancia.