RETO 30 DÍAS - DÍA 2

 26 de julio de 2021

Muchas gracias a todos los que comentaron la entrada del día uno. Me impactó sobremanera que muchos asumieran el reto de 30 días como propio, los admiro y agradezco infinitamente sus mensajes. Ahora sé que somos varios caminantes en este viaje corto, no necesariamente sencillo, pero de seguro determinante en la consecución de muchas metas. 

Sus mensajes cambiaron radicalmente el rumbo de las siguientes entradas, ahora siento sobre mis hombros la responsabilidad de compartir contenido que aporte a mis compañeros de travesía y que sea de ánimo para el que se siente derrotado por las circunstancias de la vida o simplemente necesita un empujón extra. 

La naturaleza es impresionante. Vemos cómo aves migran de un extremo del continente a otro cuando las estaciones cambian, hace poco vimos un grupo de elefantes caminar kilómetros en búsqueda de nuevos territorios y alimento, sabemos que los salmones desafían la fuerza impetuosa del río cuando llega la época de apareamiento, pero no así con la especie humana. En su libro, “Aprovecha bien el tiempo”, Ana Ávila Osorio, menciona un estudio en el que se revela cómo el hombre es incapaz de avanzar hacia un destino específico cuando no lo puede visualizar con claridad, y cómo al contrario este caminará en círculos que no lo llevarán a otro lugar más que al mismo punto de partida que abandonó horas atrás  

Creo firmemente que esto se aplica a nuestra vida no solo en términos de geolocalización, sino a toda la complejidad interna con la que fuimos creados. Me he visto en ciclos alienantes de letargo, pereza y languidez por falta de visión y claridad en mis metas y es que no hay nada más abrumador que sentarse frente a una hoja en blanco intentado resolver la pregunta: ¿hacia dónde quiero llevar mi vida? pero al mismo tiempo nada más necesario y gratificante. En este momento he logrado resolver la incógnita para asuntos menores, pero sigo en la búsqueda de respuestas relevantes que me lleven a caminar en líneas rectas y no en círculos durante años, como sucedió con Israel en el desierto. 

Ayer descubrimos que somos procrastinadores profesionales, pero también debemos reconocer que Dios sopló su Espíritu en nosotros y que ese espíritu tiene poder para darnos sueños y visiones que abran caminos enderezados en donde corramos la buena carrera hacia Su plan para nosotros. Quizás por eso el hombre no fue dotado con la habilidad de los animales, porque no es uno de ellos y necesita con desespero de Dios y su aliento de vida para saber hacia dónde dirigirse.

¿En dónde quieres estar en una semana, en un mes, un año? ¿Y por qué no? una década. 

Hechos 2:17: “En los últimos días -dice Dios-, derramaré mi Espíritu sobre toda la gente. Sus hijos e hijas profetizarán. Sus jóvenes tendrán visiones, y sus ancianos tendrán sueños”  

Cuento ansioso las horas para leernos de nuevo mañana. 

Henry.