RETO 30 DÍAS - DÍA 12

 5 de agosto de 2021

Estamos llegando casi a la mitad de este reto, queridos compañeros de viaje. Gracias por caminar todo este tiempo conmigo.

Como algunos saben, ando súper pegado con la serie "The Chosen". Para los que no la han visto, es una serie que narra eventos de la vida de Jesús de una forma tan descriptiva y humana que es imposible no ser conmovido y transformado al verla. El hecho es que estoy tan emocionado con la serie que como un adolescente entusiasta, he estado viendo muchas entrevistas del elenco y su creador, averiguando de sus vidas, sus carreras, viendo sus testimonios y la transformación que muchos han vivido al trabajar en este proyecto...  y hubo un video en particular que capturó totalmente mi atención, porque en él, Dallas Jenkins, productor general, dijo la siguiente frase: "soy un hombre que solo dice lo que cree, si hay algo de lo que no esté convencido, no lo diré". Esa frase me capturó y despertó algo en mí.

La Biblia describe que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, y desde Génesis hasta Apocalipsis, Dios devela su carácter como aquel que es fiel a sus palabras y promesas (pssst, como Jenkins). Lo que me ha confrontado al respecto es que acorde al texto sagrado, en nuestra boca hay tanto poder, como en la boca de Dios mismo y si Él cumple lo que promete y claramente expresa lo que verdaderamente piensa, también debería ser así con nosotros. Me he dado cuenta que por temor a otros o con el fin de no ser excluido del status quo, me he acostumbrado a decir lo que es políticamente correcto, aún cuando esto vaya en contra de mis principios en algunas ocasiones.

Quiero un día poder ser reconocido como una persona que usa sus palabras con la sabiduría que estas demandan, poder tener el entendimiento para callar cuando sea necesario y hablar cuando las circunstancias lo demanden.

Siempre me siento en la responsabilidad de aclarar de qué NO se tratan algunas de estas entradas, y esta en definitiva no es un llamado a la imprudencia o al vómito verbal, al contrario, tiene que ver con entender que dado que solo Dios y el hombre tienen el don de la palabra, debe haber un gran poder en ella y esto demanda de nosotros pedir con urgencia la sabiduría del cielo y la honestidad que hubo en Jesús.

Estoy intentando ser tan sensato al hablar, que mis palabras no sean baratijas sin valor; pero al mismo tiempo callar de modo que mi vida hable por si sola y no necesite dar explicaciones extra más allá de la acción.

Proverbios 18:21: La muerte y la vida están en poder de la lengua.

Sinceramente, 

Henry.